miércoles, 16 de diciembre de 2015

NUMERO 1: BORRACHOS. PINTURA: DE KOONING


El color amarillo del pintor De Kooning es tan fuerte y tan amargo como un buen vaso pleno del mejor tequila. No es el amarillo primitivo de Larionov, ni el amarillo mínimo de Mondrian. Tiene algo paroxístico e inigualable. En mi opinión nadie ha conseguido encontrar nada por el estilo en un color, como De Kooning.
Se le etiquetó como expresionista abstracto, pero navegó entre corrientes, y entrecruzó la figuración y el automatismo surrealista, serpenteó entre la abstracción y la objetividad en numerosas series de paisaje y figura.


Untitled - 1958

 
      Door to the River - 1960

Fire Island - 1946

Sus cuadros también pueden decirse que son un reflejo de su vida. Un desenfreno de colores y pinceladas. Se dice que pasaba de una inactividad contemplativa a una agitación demente. Trabajaba como un poseso y por épocas se daba a la bebida con tal furor que las visitas al hospital por sus borracheras antológicas terminaron pasándole factura con el paso de los años...
Según algunos de sus biógrafos, a De Kooning le gustaba en exceso el alcohol y las mujeres jóvenes, y cultivó ambos gustos con desesperación.




En cierta manera, hay algo en De Kooning que lo emparenta con el escritor Malcolm Lowry. A los 22 años dejó su Holanda natal y se embarcó como polizón en un barco de carga. Pasó a otro barco trabajando de marinero, fogonero, lo que fuera, con tal de llegar, como hizo, a New Jersey donde se estableció y se ganó la vida como pudo. Siempre había soñado con ser artista, pero en esa época, trabajó como pintor de brocha gorda. Era pobre de solemnidad y en muchos casos no tenía dinero para adquirir lienzo, por lo cual pintaba sobre cualquier cosa que encontrara, desde cartón a cualquier tablero de madera.
De cuando en cuando se agarraba una buena cogorza en una taberna cercana a su casa, con los zapatos y la ropa completamente salpicados de pintura. Pintaba igual que bebía, con un impulso indómito, y se dejaba influenciar, primero por Miró y Picasso, además de por su amigo, el pintor Arshile Gorky.
  

Study for Backdrop - 1946


A finales de los años cuarenta comienza a llegarle el éxito. Un éxito merecido tras dos décadas de afanosos esfuerzos por encontrar un camino propio, entre Pollock y Rotho, entre el expresionismo y el action painting, pero aun en esa época se observa un cierto atisbo de figuración...
                     

Merrit Parkway - 1958


Entre medias, allá por 1945 y 1946 estaba tan escaso medios económicos que pintó una temporada en blanco y negro.


Black Friday - 1948


Light in August - 1946

En 1948, tuvo su primera exposición individual, y ya en la década de los cincuenta se dio a conocer definitivamente con sus cuadros de colorido agitado y composiciones explosivas


Three Women - 1948



Woman I - 1952



Secretariat - 1948
A partir de esa época se dedicó casi en exclusividad al tema femenino. Sus series Woman causaron furor. Eran composiciones un tanto obscenas, salvajes, con los colores casi vomitados sobre el lienzo en los que muchos han interpretado sus propios miedos sexuales. Representaciones femeninas en las que los críticos ven mujeres devoradoras, con grandes bocas y dientes, ojos desmesuradamente abiertos y pechos y muslos completamente exagerados. Toda esa década se afanó en investigar en ese camino, hasta que pasó a los paisajes y sus composiciones se simplificaron claramente lo que da a entender que el género femenino provocaba en sus obras una fuerte convulsión compositiva.



Door to the River - 1960                            


Rosy fingered Down at Louise Point - 1963



Woman - 1964 


Villa Borghese - 1960



White nude - 1967

De nuevo en los sesenta volvió a explorar la figura femenina con furor, con vehemencia, e incluso podría decirse que con violencia.


Woman Accabonac - 1968


Woman VII - 1967

Con setenta años (nació en 1904) se enamoró perdidamente de una mujer mucho más joven que él, lo cual se tradujo en una cierta relajación de su agresividad pictórica, y abordó temas algo más “líricos”. 





Untitled - 1983



Untitled - 1981


Untitled - 1986


Quality of a Paper - 1987
   
Unos años más tarde, fruto de su alcoholismo sin tregua y un incipiente alzheimer, terminó por dejar la pintura para siempre.
Pero para aquel momento ya se había convertido en el mejor pintor americano del momento, evitando cualquier etiqueta y cualquier corsé, navegando entre el color y las olas de sus profundas pinceladas.











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