Mantengo aun en mi recuerdo la huella indeleble que me
dejó aquella escena de Casablanca donde se presenta a Rick Blaine
jugando en un pequeño ajedrez. Por supuesto, todo el mundo conoce
dicha escena y al intérprete: Humprey Borgart, que como Rick en la
película era un buen jugador de ajedrez y un gran alcohólico.
(Por cierto, en dicha escena, juega una defensa francesa, variante Chatard-Alekhine, que combina muy bien con la defensa de la tricolor sobre la que versa la película)
Bogart es tal vez el ajedrecista
aficionado más conocido pero lo que no sabe todo el mundo es los problemas de alcoholismo que sufrió...
Era hijo de una pareja con medios, su
padre cirujano y su madre, ilustradora y además de buena familia.
Aprendió a jugar a los 13 años, y dado que era un joven
caracterizado por su vagancia y mal comportamiento, no pudo seguir la
vía de los estudios, y con 19 años, se presentó voluntario en la
marina, aunque por suerte para él, no llegó a entrar en combate en
la Primera Guerra Mundial.
Pero aun así se llevó un buen recuerdo,
pues el USS Leviathan donde estaba embarcado, fue torpedeado y debido
a ello un trozo astillado de madera le cortó la boca, afectando a su
manera de hablar para siempre y dejando en su rostro la huella de una
sonrisa amarga. Esa sonrisa que transformó en cinismo y dolor en una
filmografía llena de éxitos...
Para ganarse la vida, trabajó de
vendedor de acciones, mensajero, y finalmente por intercesión de sus
padres, consiguió trabajo en los estudios Peerless, en New Jersey.
Por casualidad, empezó a trabajar de actor, aunque por aquellos años
veinte, no se llevaban los galanes de su talla.
La loca década de los veinte, fue
también un reflejo de su propia vida, normalmente nocturna, entre
clubes, fiestas, y borracheras en barcos de vela o en casas de campo.
Su primer matrimonio con Helen Menken
se frustró por su alcoholismo y no duró más de un año. Con sus
segunda mujer, dos años más tarde se casó con Mary Philips con la
cual estuvo casi diez años gracias a que ella tenía la misma
afición que él, y no era precisamente el ajedrez. Se emborrachaba
prácticamente a diario...
Tanto su situación personal como su
situación económica eran un desastre y por aquella época se ganaba
la vida jugando al ajedrez en los parques de Nueva York. Dicen que
tenía una maravillosa memoria, que le ayudó posteriormente a
aprenderse sus papeles de memoria simplemente con una lectura del
guión. Con más de treinta años aun se le veía en Times Square con
su tablero de ajedrez preparado para sacarse unos dólares que luego
se gastaría en unos vasos.
El éxito inesperado llegó con 36
años, con una obra teatral, “El bosque petrificado” haciendo el
papel de un brutal criminal junto a Leslie Howard, uno de los galanes
de esa época. No sé si os acordáis, es el Ashley de “Lo que el
viento se llevó” y fue un gran amigo de Bogart. Tanto que éste le
puso su nombre a una de sus hijas. Existe una curiosidad sobre la
vida de Leslie Howard, y es que murió cuando cinco aviones alemanes
derribaron el avión en el que viajaba frente a la costa gallega, justo enfrente de Cedeira!
Al parecer hacía labores diplomáticas en la península aunque
algunas fuentes sugieren que los alemanes creían que viajaba Winston
Churchill a bordo.
La cosa es que Howard se lo
llevó a la adaptación cinematográfica, y ahí empezó la carrera
del actor más recordado de la época gloriosa del cine.
Al parecer el alcoholismo
era un problema también familiar, y en 1937 su hermana murió debido
a los efectos del alcohol. Al año siguiente Bogart volvió a casarse
de nuevo, esta vez con Mayo Methot. Esta le llevaba un termo lleno de
martinys al rodaje, para más señas.
Como actor principal, Bogart
encadenó una tras otra, obras maestras como “El último refugio”,
“El halcón maltés” y ya en 1942 la citada “Casablanca”,
donde como actor consagrado aportó las ideas de las escenas de
borrachera y de ajedrez.
De nuevo aparece jugando al
ajedrez en la preciosa película “Llamad a cualquier puerta”
donde interpreta a un abogado que intenta encarrilar la vida de un
problemático joven.
Ya como actor reconocido
abandonó el ajedrez callejero, pero no el tablero. Jugaba ajedrez
por correspondencia con los marines americanos y los veteranos de los
hospitales militares, donde fue investigado por el FBI, pues
sospechaban que las transcripciones de las jugadas de las partidas de
ajedrez podrían esconder mensajes en clave o algún tipo de código
secreto.
Su vida profesional se había
encauzado definitivamente, pero aun seguía bebiendo en demasía,
pues su vida personal había encadenado fracaso tras fracaso.
Pero en 1945 en el rodaje de
“Tener y no tener” conoce a Lauren Bacall, que con 20 años era
la actriz más bella y glamurosa del panorama cinematográfico. Con
esa voz grave y esas pestañas inquietas conquistó enseguida al
protagonista que tenía 45 años en aquel momento. Curiosamente,
Bacall también era aficionada al ajedrez... Y otra curiosidad, era
prima de Shimon Peres, el ex-presidente de Israel. Increíble!
Juntos además de compartir
partidas de ajedrez rodaron una serie de clásicos indispensables
para la felicidad conyugal de cualquier pareja que se precie: “La
senda tenebrosa”, “Cayo Largo”, “El sueño enterno”.
Fueron
una pareja feliz hasta la muerte de Bogart, pero durante su poco más
de una década juntos, ambos tuvieron aventuras extra-matrimoniales.
Bogart con su peluquera, y Lauren con el músico Elmer Bernstein y
dicen las malas lenguas, que con Frank Sinatra...
En esa época Bogart fue
director oficial de torneos de ajedrez de la Federación
Estadounidense y organizó también el Congreso Panamericano de
Ajedrez en Los Ángeles. Siempre comentó que el ajedrez era una de
las facetas más importantes de su vida y se le veía jugar a menudo
con otros actores, ajedrecistas profesionales, o recibir clases de
éstos. En medio de los rodajes, entre escena y escena, se entretenía
resolviendo problemas de ajedrez.
Bogart no llegó a dejar
nunca el ajedrez, ni ...el alcohol. En el rodaje de “La Reina de
África” jugaba muy a menudo con Katherine Hepburn y con el futuro
campeón de Bélgica Paul Limbos. Durante el rodaje de la película
en el Congo Belga, todo el equipo de rodaje cayó víctima de una
intoxicación debido al agua que consumían, excepto únicamente John
Houston y Humphrey Bogart.
La razón es evidente, ni
uno ni otro probaron durante el rodaje ni una gota de agua, y solo
consumían alcohol.
El tabaco y el alcohol,
acabaron con su vida debido a un cáncer de esófago y el 14 de Enero
de 1957, murió debido a esa enfermedad. Pesaba tan solo 36
kilogramos. Uno de los portadores del féretro, fue Mike Romanoff,
uno de sus oponentes preferidos frente al tablero de 64 casillas.
Para los aficionados al
ajedrez, hay que decir, que este maravilloso actor dejó su impronta
también en el ajedrez: “El gambito Bogart”, que se produce tras
1. d4, Cf6 2. g4 ofreciendo el peón a cambio de cierto ataque...
No hay comentarios:
Publicar un comentario