viernes, 18 de diciembre de 2015

NUMERO 1. BORRACHOS. MÚSICA: TOM WAITS


Aquel bar se llamaba “Copas” y yo pasaba casi todas mis noches allí dentro.
Una de aquellas noches, deambulando de bar en bar, después de tomar unas cañas en el “Marfil” me introduje en aquel pequeño pub situado encima del Filloa y hoy todavía cerrado.
El camarero estaba solo delante del un tablero de ajedrez, y no había ni un alma más en el local. Me senté en un taburete, pedí una cerveza y tras un rato, me invitó a jugar una partida con una mirada de fruición. Asentí con una sonrisa. Jugamos cinco o seis partidas, hasta que Sebastian, Bacha “para los amigos”, como él mismo se presentó, desistió de su propósito de seguir jugando. Eso sí, me invitó a tres o cuatro cañas antes de guardar el tablero en el final de la barra.
A partir de ahí comenzó una época que recuerdo con agrado. Todas las noches, me acercaba allí sobre las doce de la noche, jugábamos dos o tres partidas, hablábamos, me ponía discos mientras la clientela clásica iban llegando con cuentagotas. A veces salíamos de allí a las 8 de la mañana, y Tino me llevaba en su furgoneta de vuelta a casa...
Una noche de diciembre de 1996, puso una canción que nunca llegué a olvidar. “Hang down your head” se titula. Le pedí que pusiera más del mismo autor. Dejó sonar el disco hasta el final...:“Time”, “Rain dogs” siguieron a esa primera... Y así se titulaba el disco: “Rain Dogs”, y esa voz áspera, ronca y profunda era el desconocido para mí Tom Waits, el borracho más virtuoso que ha dado la música de estos últimos cuarenta años...


El multifacético Tom Waits, nació hace 66 años, en California, y hoy 7 de Diciembre, mientras tomo notas para realizar la semblanza de esta maravillosa y etílica voz, es justamente el día de su cumpleaños. Será cosa del destino...
Era descendiente de noruegos e irlandeses y su vida fue un continuo deambular de club a club, donde trabajó además de como músico, como portero durante una buena etapa de su vida.



Allí conoció el sórdido y oscuro ambiente de los tugurios, de la música con raíces y humo de tabaco, así como el alcohol a espuertas. Y de ese sustrato nació un estilo particular, enraizado en el rythm and blues, el soul, el jazz, el vodevil, la música fronteriza entre Estados Unidos y México y un sinfín de influencias entre las cuales él mismo ha reconocido a Bob Dylan y Louis Amstrong. También es necesario indicar que su música y sus letras tienen un fuerte trasfondo literario de la generación beat, y deudor de otro gran borracho, Charles Bukowski, o de los famosos Burroughs o Kerouak.



Waits es el verdadero retrato del crooner, del canto-autor (no tal como lo conocemos aquí) de voz grave y profunda, habitualmente algo melódico, frecuentemente romántico, normalmente taciturno, asiduamente profundo y descarnado. Inaugura en mi opinión (algunos añaden a Frank Sinatra o Bing Crosby a esa familia de crooners, pero en mi opinión el verdadero crooner no llega al éxito rotundo, y queda siempre en segundo plano, nunca consigue el reconocimiento absoluto) una línea de vocalistas maravillosa, entre las cuales tengo a mis predilectos Nick Cave, Richard Hawley, Micah P. Hinson...
Curiosidades de la vida fue descubierto por el manager de Frank Zappa, en el club The Troubadour (un nombre adecuado a su música) y a partir de ahí comienza a grabar discos de profundo sabor a alcohol y nicotina. El iniciático “Closing Time (1973)




The Heart of Saturday Night (1974)”,




Small Changes” (1976),



siguen en los setenta, "Nighthawks At The Diner"  



"Foreign Affairs"



"Blue Valentine"



En aquel tiempo, su alcoholismo crónico deja una huella imborrable en su voz, en sus letras y en el ambiente que envuelve sus composiciones. Vive su vida a través de su voz rota, el peso inmenso de la vida en melodías esculpidas en tristeza y ahogadas en alcoholismo. 
Al respecto, el propio Waits, comenta:
Traté de resolver varias cosas en torno a la imagen de sensiblero y alcohólico depresivo que tenía. No hay nada divertido en un borracho. Comencé a creer que había algo divertido y maravillosamente americano en ser un borracho. Hasta que tuve que cortar con todo ello...
Hasta que su discográfica le despidió, y empezó a grabar en los ochenta con Island Records que rescató su:

"Swordfishtrombones", 



y el ya referido "Rain Dogs", 



y en los noventa, tiene un cierto declive en su éxito con Franks Wild Years, Bone Machine aunque renace de nuevo con su premiado Mule Variations,y ya en este siglo con Alice, Blood Money, y otros discos que ya no he escuchado y a través de los cuales le he perdido la pista...: Real Gone (2004) y Bad as me (2011).
Coincidiendo con ese pequeño bache de su música en los ochenta, comenzó su carrera como actor, al amparo de Francis Ford Coppola, que primero le encargó la banda sonora de One From The Heart (por la que posee un Óscar a la mejor banda sonora original) y luego le dio papeles en The Outsiders, La ley de la calle y The Cotton Club. Después interpretó papeles importantes en Drácula de Bram Stoker, Queens Logic, Vidas Cruzadas, Coffee and Cigarrettes, Dominó, El tigre y la nieve y creo que algunas más, después de El imaginarium del Doctor Parnassus, con Terry Gilliam, El libro de Eli, Siete psicópatas, entre otras...



Y mientras remato la presentación de este maravilloso borracho, escucho esta preciosa Waltzing Matilda, donde esa carrasposa voz, parece rascarme la nuca y me hace pensar que unas copas de más en ocasiones nos han hecho sentirnos inmensamente felices...






NUMERO 1: BORRACHOS. ARQUITECTURA: ALVAR AALTO


Es realmente curioso comprobar, como si uno se propone buscar grandes creadores, artistas y pensadores alcohólicos o que tuvieron durante su vida grandes problemas asociados a la bebida, es fácil encontrar pintores, escritores, incluso músicos. Cuando uno se adentra entre los grandes arquitectos, cualquier referencia a la bebida, se censura, como si éstos no fueran igual de humanos que el resto de los artistas y no tuvieran los mismos vicios y las mismas adiciones.
En el caso de la arquitectura, se sabe que Mies Van der Rohe era un bebedor empedernido, o que Alvaro Siza durante periodos de su vida tuvo graves problemas con el alcohol.
Cuando se construía el Centro Galego de Arte Contemporáneo, recuerdo algún comentario sobre el cual, el gran arquitecto portugués llegaba bastante perjudicado, y una amiga que trabajaba con él en la constructora SanJosé, también hacia comentarios en esa dirección. Dado que hablar sobre este tipo de temas de grandes creadores vivos parece tabú, me he propuesto descubrir para los neófitos en la arquitectura, la figura de uno de los arquitectos más importantes de la historia, que para muchos, junto con Le Corbusier y Mies Van der Rohe son la Santísima Trinidad de las Bellas Artes constructivas...




Alvar Aalto no en vano era finlandés, y su nacionalidad está reconocida como proveedora de grandes personalidades y también de grandes borrachos... Así a bote pronto, cabe destacar al director de cine Aki Kaurismaki y al piloto de Fórmula 1, Kimi Raikonen.
Pero hablemos de Aalto. Su amor por los bosques y su ansia integradora de la arquitectura en el paisaje, tal vez provenga de que su padre era guardabosques, con el cual pasaba mucho tiempo de paseo entre abetos y abedules.
Las tragedias tocaron de lleno a Alvar Aalto a lo largo de su vida, pues su madre murió cuando tenía 8 años, y posteriormente su hermano, y su primera esposa, amén de las guerras y otras calamidades que sufrió con el paso del tiempo.
Desde pequeño tenía un trastorno de dislexia, lo que hacía que se expresara a través de un lenguaje extraño y distorsionado. Aunque su padre quería que hiciera la carrera militar, estudió arquitectura, y en plena carrera estalló la guerra civil (1918). Se alistó junto a los independentistas y vivió las penalidades de esa guerra, además de la anterior y posterior Guerra Mundial.
Se casó con la arquitecta Aino Marsio, forjando una pareja occidental, moderna, cinéfila y que hablaba bien en inglés. Aalto siempre indicó que su esposa era la responsable del cincuenta por ciento de su trabajo. 




Durante su primera etapa como arquitectos, eclosionó el Movimiento Moderno del cual fue un destacado representante, y fue nombrado miembro de los Congresos Internacionales CIAM. Hacia los años 30 se trasladó a la capital y por esos años tuvo dos encargos que dejaron impronta en la historia de la arquitectura: 

la biblioteca Viipuri 








y el sanatorio Paimio, dos obras emblemáticas y de una belleza sin parangón.







Como todos los grandes arquitectos, Aalto diseñaba todos y cada uno de los elementos, y en especial se dedicó al diseño de interiores y de mobiliario. Son muy conocidas sus sillas y taburetes a partir de madera laminada que han formado parte de las obras culmen del diseño y llevaron al diseño nórdico al culmen de la maestría y calidad. Aun hoy en día la empresa Artek fundada y dirigida en aquel momento por su esposa Amio, comercializa los muebles y diseños de Alvar Aalto. 



El conocimiento del arquitecto, y su amor por la madera como materia prima fue la base de algunos proyectos como el pabellón de Finlandia en la Exposición Universal de París de 1937, que le llevó a sus primeras exposiciones en el MOMA de Nueva York.
También indagó en la producción de cerámica y vidrio, y su jarrón Aalto es también reconocido como uno de los hallazgos de diseño más importantes del siglo XX.


Denostado posteriormente en su país debido a algún leve flirteo con los nazis se instaló en Estados Unidos donde conoció a Frank Lloyd Wright. También cultivó la amistad de Cézanne y Leger. Su inspiración a través del diseño y las otras Bellas Artes se tradujo en la Villa Mairea, tal vez su obra maestra. 






A raíz del diseño de ese proyecto, expresó: “La escultura y la pintura son ramas del mismo árbol del cual el tronco es la Arquitectura”.
La villa Mairea es una casa en la que el agua, la piedra, la madera y el bosque conviven en una armonía única, que se estudia en todas las escuelas del mundo.
Tras proyectar la residencia de estudiantes del Instituto de Tecnología de Massachusetts, su esposa muere, lo que le lleva a un estado de depresión que se manifiesta sus posteriores proyectos y en una inmersión profunda en el alcohol, lo generaría una crisis existencial que preocupaba a sus amigos.
Para evitar dicha crisis emprende un recorrido por Europa, para la cual contrata como ayudante a Elsa Makiniemi, que posteriormente se convertiría en su segunda esposa. Con ella consiguió escapar del pozo del alcoholismo y entró en una nueva etapa creativa que derivaría en los proyectos de la Iglesia de Vuoelsenniska:






la torre de apartamentos de Bremen:



 o de nuevo, otra biblioteca, en este caso la de Rovaniemi:





o la librería Universitaria de Helsinki:



Tras su muerte, a la edad de 78 años, su obra le convirtió en uno de los más prestigiosos arquitectos de la historia, y en su honor se concede cada cinco años la Medalla Alvar Aalto.




jueves, 17 de diciembre de 2015

NUMERO 1: BORRACHOS. AJEDREZ: HUMPHREY BOGART


Mantengo aun en mi recuerdo la huella indeleble que me dejó aquella escena de Casablanca donde se presenta a Rick Blaine jugando en un pequeño ajedrez. Por supuesto, todo el mundo conoce dicha escena y al intérprete: Humprey Borgart, que como Rick en la película era un buen jugador de ajedrez y un gran alcohólico.


(Por cierto, en dicha escena, juega una defensa francesa, variante Chatard-Alekhine, que combina muy bien con la defensa de la tricolor sobre la que versa la película)





Bogart es tal vez el ajedrecista aficionado más conocido pero lo que no sabe todo el mundo es los problemas de alcoholismo que sufrió...
Era hijo de una pareja con medios, su padre cirujano y su madre, ilustradora y además de buena familia. Aprendió a jugar a los 13 años, y dado que era un joven caracterizado por su vagancia y mal comportamiento, no pudo seguir la vía de los estudios, y con 19 años, se presentó voluntario en la marina, aunque por suerte para él, no llegó a entrar en combate en la Primera Guerra Mundial. 
Pero aun así se llevó un buen recuerdo, pues el USS Leviathan donde estaba embarcado, fue torpedeado y debido a ello un trozo astillado de madera le cortó la boca, afectando a su manera de hablar para siempre y dejando en su rostro la huella de una sonrisa amarga. Esa sonrisa que transformó en cinismo y dolor en una filmografía llena de éxitos...


Para ganarse la vida, trabajó de vendedor de acciones, mensajero, y finalmente por intercesión de sus padres, consiguió trabajo en los estudios Peerless, en New Jersey. Por casualidad, empezó a trabajar de actor, aunque por aquellos años veinte, no se llevaban los galanes de su talla.
La loca década de los veinte, fue también un reflejo de su propia vida, normalmente nocturna, entre clubes, fiestas, y borracheras en barcos de vela o en casas de campo.
Su primer matrimonio con Helen Menken se frustró por su alcoholismo y no duró más de un año. Con sus segunda mujer, dos años más tarde se casó con Mary Philips con la cual estuvo casi diez años gracias a que ella tenía la misma afición que él, y no era precisamente el ajedrez. Se emborrachaba prácticamente a diario...


Tanto su situación personal como su situación económica eran un desastre y por aquella época se ganaba la vida jugando al ajedrez en los parques de Nueva York. Dicen que tenía una maravillosa memoria, que le ayudó posteriormente a aprenderse sus papeles de memoria simplemente con una lectura del guión. Con más de treinta años aun se le veía en Times Square con su tablero de ajedrez preparado para sacarse unos dólares que luego se gastaría en unos vasos.


El éxito inesperado llegó con 36 años, con una obra teatral, “El bosque petrificado” haciendo el papel de un brutal criminal junto a Leslie Howard, uno de los galanes de esa época. No sé si os acordáis, es el Ashley de “Lo que el viento se llevó” y fue un gran amigo de Bogart. Tanto que éste le puso su nombre a una de sus hijas. Existe una curiosidad sobre la vida de Leslie Howard, y es que murió cuando cinco aviones alemanes derribaron el avión en el que viajaba frente a la costa gallega, justo enfrente de Cedeira! Al parecer hacía labores diplomáticas en la península aunque algunas fuentes sugieren que los alemanes creían que viajaba Winston Churchill a bordo.



La cosa es que Howard se lo llevó a la adaptación cinematográfica, y ahí empezó la carrera del actor más recordado de la época gloriosa del cine.
Al parecer el alcoholismo era un problema también familiar, y en 1937 su hermana murió debido a los efectos del alcohol. Al año siguiente Bogart volvió a casarse de nuevo, esta vez con Mayo Methot. Esta le llevaba un termo lleno de martinys al rodaje, para más señas.
Como actor principal, Bogart encadenó una tras otra, obras maestras como “El último refugio”, “El halcón maltés” y ya en 1942 la citada “Casablanca”, donde como actor consagrado aportó las ideas de las escenas de borrachera y de ajedrez.
De nuevo aparece jugando al ajedrez en la preciosa película “Llamad a cualquier puerta” donde interpreta a un abogado que intenta encarrilar la vida de un problemático joven.
Ya como actor reconocido abandonó el ajedrez callejero, pero no el tablero. Jugaba ajedrez por correspondencia con los marines americanos y los veteranos de los hospitales militares, donde fue investigado por el FBI, pues sospechaban que las transcripciones de las jugadas de las partidas de ajedrez podrían esconder mensajes en clave o algún tipo de código secreto.


Su vida profesional se había encauzado definitivamente, pero aun seguía bebiendo en demasía, pues su vida personal había encadenado fracaso tras fracaso.


Pero en 1945 en el rodaje de “Tener y no tener” conoce a Lauren Bacall, que con 20 años era la actriz más bella y glamurosa del panorama cinematográfico. Con esa voz grave y esas pestañas inquietas conquistó enseguida al protagonista que tenía 45 años en aquel momento. Curiosamente, Bacall también era aficionada al ajedrez... Y otra curiosidad, era prima de Shimon Peres, el ex-presidente de Israel. Increíble!


Juntos además de compartir partidas de ajedrez rodaron una serie de clásicos indispensables para la felicidad conyugal de cualquier pareja que se precie: “La senda tenebrosa”, “Cayo Largo”, “El sueño enterno”. 







Fueron una pareja feliz hasta la muerte de Bogart, pero durante su poco más de una década juntos, ambos tuvieron aventuras extra-matrimoniales. Bogart con su peluquera, y Lauren con el músico Elmer Bernstein y dicen las malas lenguas, que con Frank Sinatra...
En esa época Bogart fue director oficial de torneos de ajedrez de la Federación Estadounidense y organizó también el Congreso Panamericano de Ajedrez en Los Ángeles. Siempre comentó que el ajedrez era una de las facetas más importantes de su vida y se le veía jugar a menudo con otros actores, ajedrecistas profesionales, o recibir clases de éstos. En medio de los rodajes, entre escena y escena, se entretenía resolviendo problemas de ajedrez.
Bogart no llegó a dejar nunca el ajedrez, ni ...el alcohol. En el rodaje de “La Reina de África” jugaba muy a menudo con Katherine Hepburn y con el futuro campeón de Bélgica Paul Limbos. Durante el rodaje de la película en el Congo Belga, todo el equipo de rodaje cayó víctima de una intoxicación debido al agua que consumían, excepto únicamente John Houston y Humphrey Bogart.
La razón es evidente, ni uno ni otro probaron durante el rodaje ni una gota de agua, y solo consumían alcohol.
El tabaco y el alcohol, acabaron con su vida debido a un cáncer de esófago y el 14 de Enero de 1957, murió debido a esa enfermedad. Pesaba tan solo 36 kilogramos. Uno de los portadores del féretro, fue Mike Romanoff, uno de sus oponentes preferidos frente al tablero de 64 casillas.


Para los aficionados al ajedrez, hay que decir, que este maravilloso actor dejó su impronta también en el ajedrez: “El gambito Bogart”, que se produce tras 1. d4, Cf6 2. g4 ofreciendo el peón a cambio de cierto ataque...




miércoles, 16 de diciembre de 2015

NUMERO 1: BORRACHOS. PINTURA: DE KOONING


El color amarillo del pintor De Kooning es tan fuerte y tan amargo como un buen vaso pleno del mejor tequila. No es el amarillo primitivo de Larionov, ni el amarillo mínimo de Mondrian. Tiene algo paroxístico e inigualable. En mi opinión nadie ha conseguido encontrar nada por el estilo en un color, como De Kooning.
Se le etiquetó como expresionista abstracto, pero navegó entre corrientes, y entrecruzó la figuración y el automatismo surrealista, serpenteó entre la abstracción y la objetividad en numerosas series de paisaje y figura.


Untitled - 1958

 
      Door to the River - 1960

Fire Island - 1946

Sus cuadros también pueden decirse que son un reflejo de su vida. Un desenfreno de colores y pinceladas. Se dice que pasaba de una inactividad contemplativa a una agitación demente. Trabajaba como un poseso y por épocas se daba a la bebida con tal furor que las visitas al hospital por sus borracheras antológicas terminaron pasándole factura con el paso de los años...
Según algunos de sus biógrafos, a De Kooning le gustaba en exceso el alcohol y las mujeres jóvenes, y cultivó ambos gustos con desesperación.




En cierta manera, hay algo en De Kooning que lo emparenta con el escritor Malcolm Lowry. A los 22 años dejó su Holanda natal y se embarcó como polizón en un barco de carga. Pasó a otro barco trabajando de marinero, fogonero, lo que fuera, con tal de llegar, como hizo, a New Jersey donde se estableció y se ganó la vida como pudo. Siempre había soñado con ser artista, pero en esa época, trabajó como pintor de brocha gorda. Era pobre de solemnidad y en muchos casos no tenía dinero para adquirir lienzo, por lo cual pintaba sobre cualquier cosa que encontrara, desde cartón a cualquier tablero de madera.
De cuando en cuando se agarraba una buena cogorza en una taberna cercana a su casa, con los zapatos y la ropa completamente salpicados de pintura. Pintaba igual que bebía, con un impulso indómito, y se dejaba influenciar, primero por Miró y Picasso, además de por su amigo, el pintor Arshile Gorky.
  

Study for Backdrop - 1946


A finales de los años cuarenta comienza a llegarle el éxito. Un éxito merecido tras dos décadas de afanosos esfuerzos por encontrar un camino propio, entre Pollock y Rotho, entre el expresionismo y el action painting, pero aun en esa época se observa un cierto atisbo de figuración...
                     

Merrit Parkway - 1958


Entre medias, allá por 1945 y 1946 estaba tan escaso medios económicos que pintó una temporada en blanco y negro.


Black Friday - 1948


Light in August - 1946

En 1948, tuvo su primera exposición individual, y ya en la década de los cincuenta se dio a conocer definitivamente con sus cuadros de colorido agitado y composiciones explosivas


Three Women - 1948



Woman I - 1952



Secretariat - 1948
A partir de esa época se dedicó casi en exclusividad al tema femenino. Sus series Woman causaron furor. Eran composiciones un tanto obscenas, salvajes, con los colores casi vomitados sobre el lienzo en los que muchos han interpretado sus propios miedos sexuales. Representaciones femeninas en las que los críticos ven mujeres devoradoras, con grandes bocas y dientes, ojos desmesuradamente abiertos y pechos y muslos completamente exagerados. Toda esa década se afanó en investigar en ese camino, hasta que pasó a los paisajes y sus composiciones se simplificaron claramente lo que da a entender que el género femenino provocaba en sus obras una fuerte convulsión compositiva.



Door to the River - 1960                            


Rosy fingered Down at Louise Point - 1963



Woman - 1964 


Villa Borghese - 1960



White nude - 1967

De nuevo en los sesenta volvió a explorar la figura femenina con furor, con vehemencia, e incluso podría decirse que con violencia.


Woman Accabonac - 1968


Woman VII - 1967

Con setenta años (nació en 1904) se enamoró perdidamente de una mujer mucho más joven que él, lo cual se tradujo en una cierta relajación de su agresividad pictórica, y abordó temas algo más “líricos”. 





Untitled - 1983



Untitled - 1981


Untitled - 1986


Quality of a Paper - 1987
   
Unos años más tarde, fruto de su alcoholismo sin tregua y un incipiente alzheimer, terminó por dejar la pintura para siempre.
Pero para aquel momento ya se había convertido en el mejor pintor americano del momento, evitando cualquier etiqueta y cualquier corsé, navegando entre el color y las olas de sus profundas pinceladas.